viernes, 10 de noviembre de 2017

Y si...



     Hoy es uno de esos días en los que tengo un rato para poder escribir sobre algo que me viene rondando en la cabeza. Nos preocupamos y nos alarmamos con frecuencia de la situación laboral que vivimos los españoles desde hace mucho tiempo. Digo esto, porque cuando deje de ser estudiante y me incorporé al mundo laboral, el desempleo ya era un tema importante para los españoles. No recuerdo ninguna etapa de mi vida, en la que nuestros queridos políticos diesen con la tecla de conseguir que el desempleo no fuese una prioridad en sus programas electorales,  y como, claro está, el que está parado, está mal no sólo financieramente sino también a nivel personal y emocional, ésta fue y es siempre un arma electoral a utilizar. 


     Personalmente considero que un buen político tiene la obligación de ser creativo, la obligación de pensar en alternativas o soluciones para superar las dificultades, la obligación de enfrentarse a las situaciones buscando el bien común. En nuestro país, la política y los políticos nunca han tenido buena reputación, terminamos cansados de oírles gritar, desprestigiarse entre ellos y de querer ocupar el poder sin pararse a pensar que están ahí para sumar, para aportar. Probablemente los españoles no somos o no participamos en política, porque lejos de entender la importancia que tiene en nuestras vidas, nos cansamos de escucharles y de ver las batallas por el poder al que a diario asistimos. Llega a ser realmente cansino y desesperanzador.
   Desde hace unos días  llevo dandole vuelta a una idea que no he escuchado a nadie y que aún, no sabiendo el alcance que podría tener, quizás y digo quizás, porque no estoy seguro de ello, podría cambiar el rumbo de la vida de muchas personas. Las implicaciones que esto podría traer no se si serían importantes pero si me gustaría exponer esta idea porque desde mi punto de vista lo cambia todo.
     Hasta ahora el trabajo está recogido como un DERECHO en nuestra constitución, derecho que no se cumple claro está. Yo me pregunto ¿ y si el trabajo no fuese un derecho sino una OBLIGACION?. Y si el que no trabajase por cuenta ajena o para sí mismo, estuviese obligado a hacerlo para el estado. Se habrían de articular las condiciones claro está, pero la idea es que NADIE TIEN DERECHO A ESTAR PARADO Y SI LA OBLIGACION DE TRABAJAR SI O SI. 
     No sé si lo que me planteo se puede llevar a cabo o no,  lo que está claro es que plantearme esta pregunta me aporta mil y una alternativas y posibilidades, seguramente tendrá muchos inconvenientes y presentará muchas dificultades, pero que sentido tiene que tengamos a miles de personas paradas cobrando una prestación por no hacer nada, que sentido tiene que  hayan otros que realizan o tienen tres o más ocupaciones, que sentido tiene que las universidades sigan preparando jóvenes que no podrán ejercer .... Y si decidimos que trabajar está dentro de las OBLIGACIONES de todos y que no se puede estar fuera de esta condición social.
     Ahí dejo esta reflexión, no sé si es acertada o no, pero si consigo crear controversia y despierto inquietud me habré dado por satisfecho. Dejad fluir vuestra imaginación en este tema y veréis donde podréis llegar.

“Para ser creativo sólo debes ser capaz de combinar muchas ideas que ya existen, no se puede hacer algo nuevo sin partir de lo ya conocido, pero si se puede avanzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en el blog.