lunes, 20 de noviembre de 2017

Una pequeña historia.



“Javier siempre había sido un soñador, entraba en los cuarenta y aún conservaba un puñado de ilusiones que quería realizar cuando se pudiera dar la ocasión. Se había casado y de su unión con Eva había nacido un precioso niño que ya estudiaba el bachiller.  Había tenido una vida buena, tranquila, sin grandes sobresaltos y a su alrededor reinaba la armonía. Hay personas que desde que nacen hasta el día que mueren, les toca enfrentarse a una y mil adversidades sin apenas recursos, pero este no era el caso de Javier.

                  Javier trabajaba como comercial y estaba todo el día en la calle abriendo mercado y haciendo crecer a su maravillosa empresa, la cual, con un sueldo atractivo le daba la oportunidad de tener estabilidad económica. Javier era el único que traía ingresos a casa. De su sueldo dependía lo que hoy en día se ha venido a llamar “calidad de vida”, que en el fondo no es otra cosa que la comida, ropa, casa, educación, ocio y ahorro.  A menudo esta situación le planteaba una serie de dudas que le quitaban el sueño:

“y si mañana descubren que tengo una enfermedad que me incapacite para seguir trabajando, y si tengo un accidente en la calle, ¿quién se va a ocupar de mi familia? ¿cómo voy a poder mantener mi calidad de vida?, ¿cómo voy a poder pagar los estudios de mi hijo? ¿y mis sueños, cuándo podré realizarlos?”.

Javier sabía que debía buscar una solución definitiva que le aportase tranquilidad y seguridad y que a la vez protegiese a toda su familia y de alguna forma garantizara su estabilidad económica. Fue entonces cuando Javier paso del “debería” al “si quisiera podría” tener un proyecto familiar y personal al que agarrarme cuando por circunstancias adversas de la vida toda su vida se viese en peligro. 

Cuantos de nosotros en algún momento de la vida nos hemos visto en la situación de que no tenemos a quien acudir, o bien, no disponemos del dinero necesario para salir de un problema urgente. A cuantos la vida les ha castigado muy duramente y les ha dejado sin posibilidades de salir adelante. Cuantos piensan que hay que vivir el momento y cuando el momento es malo lloran amargamente por no haber sabido distribuir o pensar en que siempre es bueno estar protegido.


¿cuánto cuesta el bienestar de tu familia y el tuyo propio? ¿en cuanto estás dispuesto a tasar tu tranquilidad, estabilidad y seguridad familiar y personal? Sin necesidad de renunciar a nada TE PUEDO HACER UN PROYECTO PERSONAL Y FAMILIAR. No lo dudes LLAMAME, ponte en contacto conmigo, tu futuro y el de los tuyos puedes garantizarlo. Desde mañana te podrás levantar con la tranquilidad de que tu estilo de vida no depende de lo que pueda ocurrir hoy. AMARRA TU PRESENTE CON UNA APUESTA DE FUTURO.

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