“Javier siempre había sido un soñador, entraba en los cuarenta y aún
conservaba un puñado de ilusiones que quería realizar cuando se pudiera dar la
ocasión. Se había casado y de su unión con Eva había nacido un precioso niño
que ya estudiaba el bachiller. Había
tenido una vida buena, tranquila, sin grandes sobresaltos y a su alrededor
reinaba la armonía. Hay personas que desde que nacen hasta el día que mueren,
les toca enfrentarse a una y mil adversidades sin apenas recursos, pero este no
era el caso de Javier.
Javier trabajaba
como comercial y estaba todo el día en la calle abriendo mercado y haciendo
crecer a su maravillosa empresa, la cual, con un sueldo atractivo le daba la
oportunidad de tener estabilidad económica. Javier era el único que traía
ingresos a casa. De su sueldo dependía lo que hoy en día se ha venido a llamar
“calidad de vida”, que en el fondo no es otra cosa que la comida, ropa, casa,
educación, ocio y ahorro. A menudo esta
situación le planteaba una serie de dudas que le quitaban el sueño:
“y si mañana descubren que tengo una enfermedad que me incapacite para
seguir trabajando, y si tengo un accidente en la calle, ¿quién se va a ocupar
de mi familia? ¿cómo voy a poder mantener mi calidad de vida?, ¿cómo voy a
poder pagar los estudios de mi hijo? ¿y mis sueños, cuándo podré realizarlos?”.
Javier sabía que debía buscar una solución definitiva que le aportase
tranquilidad y seguridad y que a la vez protegiese a toda su familia y de
alguna forma garantizara su estabilidad económica. Fue entonces cuando Javier
paso del “debería” al “si quisiera podría” tener un proyecto familiar y
personal al que agarrarme cuando por circunstancias adversas de la vida toda su
vida se viese en peligro.
Cuantos de nosotros en algún momento de la vida nos hemos visto en la
situación de que no tenemos a quien acudir, o bien, no disponemos del dinero
necesario para salir de un problema urgente. A cuantos la vida les ha castigado
muy duramente y les ha dejado sin posibilidades de salir adelante. Cuantos
piensan que hay que vivir el momento y cuando el momento es malo lloran
amargamente por no haber sabido distribuir o pensar en que siempre es bueno
estar protegido.
¿cuánto cuesta el bienestar de tu familia y el tuyo propio? ¿en cuanto
estás dispuesto a tasar tu tranquilidad, estabilidad y seguridad familiar y personal?
Sin necesidad de renunciar a nada TE PUEDO HACER UN PROYECTO PERSONAL Y
FAMILIAR. No lo dudes LLAMAME, ponte en contacto conmigo, tu futuro y el de los
tuyos puedes garantizarlo. Desde mañana te podrás levantar con la tranquilidad
de que tu estilo de vida no depende de lo que pueda ocurrir hoy. AMARRA TU
PRESENTE CON UNA APUESTA DE FUTURO.