viernes, 30 de septiembre de 2022

Reflexión


En determinados momentos de nuestra vida quisieramos meternos en un hueco y que nada, ni nadie nos viese o molestase. Todo lo que nos rodea en esos momentos carece de importancia y generalmente, solo un pensamiento gobierna nuestra existencia. Esto suele pasar cuando algo negativo nos afecta y acapara toda nuestra atención. Es como un dolor de muelas o de oidos que se mantiene latente dentro de una calma tensa que te impide tener descanso. Son esos momentos cuando suplicas al creador que te ayude, en los que te haces consciente de las cosas que realmente son importantes y descubres además, que puedes haber sido muy injusto con otros, al enjuiciarles por situaciones parecidas. 
Estamos hechos de un material único que nos permite reflexionar, ser  más humanos y a la vez más vulnerables.  Tengo un amigo que suele decir que "cuando más tranquilo estás es cuando más peligro corres". Probablemente tenga razón pero estoy convencido que vivir en armonía, con equilibrio, con la sensación de sentirse seguro y en paz con uno mismo, es lo más parecido a la felicidad. Lástima que lo descubramos cuando algo nos despierta de golpe y porrazo y descubrimos que la vida cambia en un segundo.
Aún así, hay que seguir adelante e intentar recuperar la tranquilidad y la pausa pues como dice el dicho "despues de la tormenta viene la calma" . Todo lo que nos pasa en esta vida nos da la posibilidad de recapacitar y en muchas ocasiones la de crecer y mejorar, habrá que aprovechar estas oportunidades terribles y dolorosas para ser capaces de volver a sonreir  siendo un poco mejores.