“sentados, en un banco frente a la
playa, con solo un paquete de pipas y contigo a mi lado. Así pasábamos horas
juntos, hablando de mil y una tonterías, no importaba en realidad de qué, ni
recuerdo de qué, pero se trataba de un momento mágico que guardo en mi memoria
y que nunca olvidaré”.
Si ese fue uno de sus momentos mágicos,
irrepetible, uno de esos momentos en los que descubrió que le amaría para siempre,
y que aunque el destino les impediría seguir juntos en el mismo camino, él jamás
la dejaría sola. Y aunque ella en algún momento pudiera pensar que ya nada
tiene sentido, él seguirá ahí en sus recuerdos, comiendo pipas, riendo y
cantando canciones de salsa sin saber darle el tono. Y aunque parezca que ya no
está y eso duela, el seguirá ahí, eterno, buscando verla feliz, esperando verla
sonreír.
Y ahora después de un suspiro y de
unas lágrimas rotas, todo volverá a tener sentido y muy en el fondo ella sabrá
que él la mira y sonríe desde donde está, y le susurrará en sus sueños
tranquilidad porque siempre estará a su lado.
“Cuando todo parece perdido surge la esperanza y
de ahí la fortaleza para seguir adelante.”
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